ESPERANZA VIRTUAL
"No existen los mesías
que salvan pueblos,
ni pueblos que necesiten
ser salvado por mesías"
¿A CUÁNTOS NOS GUSTARÍA QUE GANE VÍCTOR VIDAL? No a todos, pero si a muchos. No tanto, por Vidal, sino porque lo
que significó en el algún momento su liderazgo en el marco del P.C (Paro Cívico),
pudo ser cualquier otro. Sin embargo, desde el 2017 en adelante, la onda
expansiva que produjo el impacto del P.C, ya no golpea con fuerza, parece que
sus golpes son al aire. Es posible que el comité del P.C haya cometido un error
al postular un rostro visible como el de Vidal a la contienda política; no es
que el Comité estuviese impedido de participar en política, es que es necesario:
todos nuestros problemas en Buenaventura se reducen a la mala administración de
los recursos públicos. Digo un error, porque lo social y lo político son dos líneas
paralelas que puede que en algún momento específico se crucen, pero no para
complementarse, sino para resolver conflictos. Está demostrado que Vidal junto
con muchos miembros del comité del P.C son líderes sociales, pero esa cualidad
de líderes sociales no los cualifica como líderes dentro del propio ejercicio técnico
de la política: la gerencia, la planeación, la administración, la ejecución, la
gestión de proyectos, las alianzas con el sector privados, son especificidades
de la política que no se manejan desde las ideologías, pero esto tampoco los
desmerita.
Con Vidal el P.C se juega la
última carta de prestigio que le queda, si pierde Vidal, el P.C queda
desacreditado, no como un órgano institucional que debe buscar darle
cumplimiento a los acuerdos pactados, sino como movimiento social que logró
unificar un alto sector de la ciudad para manifestarse por una causa común. Y
es que el error más grande, precisamente radica en la fortaleza de Vidal; una
fortaleza, dentro de marco del PC, casi que accidental: la coincidencia de la
emoción de los ánimos excitados de los ciudadanos con la del líder social hablando
fuerte y sin miedo a los representantes del gobierno. Esa imagen, como la de
Isaías Cifuente, se convierte en una noticia viral, magnificada por las redes
sociales, crea una esperanza que no pasa de ser virtual.
Esa imagen de Víctor se agranda, se erige como
una esperanza, como lo que necesita el pueblo. En esos días todos hablamos de Víctor
Vidal; esa imagen caricaturizada de Vidal golpeando al ministro Guillermo Rivera se convierte en un meme
sobre el que corre ríos de comentarios en Facebook. Pero cuando pasó la euforia
del PC y las personas volvieron a sus quehaceres cotidianos, se empezó a reconocer
que el éxito del PC no era solo del comité, ni de Víctor, sino de todos los que
participamos e incluso, hasta del gremio de los “motorratones”. Erigir la imagen de un líder cualquiera y hacer
creer que es un mesías es el talón de Aquiles del avance político de muchas
democracias; eso, a mi juicio, precisamente es lo que esta pasado con la campaña de
Vidal: pensar que la imagen virtual tiene más poder que las conclusiones que posteriormente
sacan las personas, sentirse ganador por un PC que ha tenido un éxito relativo
dentro del influjo de la sociedad.
¿Por qué el comité del PC no
apoyó a un candidato menos visible que Vidal? ¿Por qué no Marines o Libia? ¿No
era mejor decir, Vidal junto a comite del PC está apoyando a X candidato, y desde el
conocimiento que tiene sobre lo social esta desarrollado estrategias para convocar a la comunidad en pro de que ese
candidato gane, y gane también Buenaventura? ¿No hay un cierto espíritu de
sentirse sobrado en la campaña de Vidal?
Debo confesar una cosa, mi voto a
la alcaldía no será por convicción, (eso de la convicción me parece algo ridículo
dentro este panorama), mi voto será por conveniencia; es decir: votaré
por cualquiera de estos tres candidatos que tenga más posibilidades de ganar: Libia
Mosquera, Marines o Vidal. La idea romántica de votar por el candidato del PC
cívico me parece absurda, sabiendo que tiene muchas posibilidades de perder; prefiero
darle mi voto a Libia Mosquera o Marines, al menos con ellos tendría, no la
certeza de que son la voz del “pueblo”, pero sí, de momento, lo que le conviene
a la ciudad.
Jefferson Perea Madrid