lunes, 23 de septiembre de 2019



                                        ESPERANZA VIRTUAL

"No existen los mesías
que salvan pueblos,
ni pueblos que necesiten
ser salvado por mesías"



                                                    


¿A CUÁNTOS NOS GUSTARÍA QUE GANE VÍCTOR VIDAL? No a todos, pero si a muchos. No tanto, por Vidal, sino porque lo que significó en el algún momento su liderazgo en el marco del P.C (Paro Cívico), pudo ser cualquier otro. Sin embargo, desde el 2017 en adelante, la onda expansiva que produjo el impacto del P.C, ya no golpea con fuerza, parece que sus golpes son al aire. Es posible que el comité del P.C haya cometido un error al postular un rostro visible como el de Vidal a la contienda política; no es que el Comité estuviese impedido de participar en política, es que es necesario: todos nuestros problemas en Buenaventura se reducen a la mala administración de los recursos públicos. Digo un error, porque lo social y lo político son dos líneas paralelas que puede que en algún momento específico se crucen, pero no para complementarse, sino para resolver conflictos. Está demostrado que Vidal junto con muchos miembros del comité del P.C son líderes sociales, pero esa cualidad de líderes sociales no los cualifica como líderes dentro del propio ejercicio técnico de la política: la gerencia, la planeación, la administración, la ejecución, la gestión de proyectos, las alianzas con el sector privados, son especificidades de la política que no se manejan desde las ideologías, pero esto tampoco los desmerita.
Con Vidal el P.C se juega la última carta de prestigio que le queda, si pierde Vidal, el P.C queda desacreditado, no como un órgano institucional que debe buscar darle cumplimiento a los acuerdos pactados, sino como movimiento social que logró unificar un alto sector de la ciudad para manifestarse por una causa común. Y es que el error más grande, precisamente radica en la fortaleza de Vidal; una fortaleza, dentro de marco del PC, casi que accidental: la coincidencia de la emoción de los ánimos excitados de los ciudadanos con la del líder social hablando fuerte y sin miedo a los representantes del gobierno. Esa imagen, como la de Isaías Cifuente, se convierte en una noticia viral, magnificada por las redes sociales, crea una esperanza que no pasa de ser virtual.
 Esa imagen de Víctor se agranda, se erige como una esperanza, como lo que necesita el pueblo. En esos días todos hablamos de Víctor Vidal; esa imagen caricaturizada de Vidal golpeando al ministro Guillermo Rivera se convierte en un meme sobre el que corre ríos de comentarios en Facebook. Pero cuando pasó la euforia del PC y las personas volvieron a sus quehaceres cotidianos, se empezó a reconocer que el éxito del PC no era solo del comité, ni de Víctor, sino de todos los que participamos e incluso, hasta del gremio de los “motorratones”.  Erigir la imagen de un líder cualquiera y hacer creer que es un mesías es el talón de Aquiles del avance político de muchas democracias; eso, a mi juicio, precisamente es lo que esta pasado con la campaña de Vidal: pensar que la imagen virtual tiene más poder que las conclusiones que posteriormente sacan las personas, sentirse ganador por un PC que ha tenido un éxito relativo dentro del influjo de la sociedad.
¿Por qué el comité del PC no apoyó a un candidato menos visible que Vidal? ¿Por qué no Marines o Libia? ¿No era mejor decir, Vidal junto a comite del  PC está apoyando a X candidato, y desde el conocimiento que tiene sobre lo social esta desarrollado estrategias para convocar a la comunidad en pro de que ese candidato gane, y gane también Buenaventura? ¿No hay un cierto espíritu de sentirse sobrado en la campaña de Vidal?
Debo confesar una cosa, mi voto a la alcaldía no será por convicción, (eso de la convicción me parece algo ridículo dentro este panorama), mi voto será por conveniencia; es decir: votaré por cualquiera de estos tres candidatos que tenga más posibilidades de ganar: Libia Mosquera, Marines o Vidal. La idea romántica de votar por el candidato del PC cívico me parece absurda, sabiendo que tiene muchas posibilidades de perder; prefiero darle mi voto a Libia Mosquera o Marines, al menos con ellos tendría, no la certeza de que son la voz del “pueblo”, pero sí, de momento, lo que le conviene a la ciudad.


Jefferson Perea Madrid